En 2023, Otazu consolidó su presencia internacional y siguió creciendo en España y en el extranjero, gracias a la apertura de nuevos mercados en Canadá (British Columbia y Alberta), Colombia, Nueva Zelanda, Tailandia y Taiwán, contando con el apoyo de sus oficinas en Venezuela, México y China.
Otazu cuida la tierra en la que se cultiva la vid, que, más tarde, dará el vino elaborado a partir de su viñedo certificado con la D.O.P. Pago, el más al norte de España. El suelo y el clima en el que nace la uva de Otazu, las dota de unas características únicas, reflejando su influencia atlántica.
De hecho, Otazu, el viñedo con D.O.P. Pago más al norte de España, afianza su compromiso con la sostenibilidad con sus proyectos de desarrollo e innovación. La Bodega está llevando a cabo el proyecto BIODIVERSIDAD junto a la Fundación Global Nature con el fin de ver la respuesta que tienen las prácticas realizadas durante todos estos años e incrementar esa implicación en la gestión sostenible, rentable y con un impacto positivo en la naturaleza. Con esta iniciativa, Otazu ha estudiado el valor natural del viñedo mediante distintos indicadores, y ha conseguido analizar el punto en el que se encuentra, cuantificar el impacto de los trabajos realizados sobre el viñedo y el entorno natural y detectar aspectos mejorables para continuar por este camino. En este estudio se han obtenido resultados muy positivos en cuanto a sostenibilidad y biodiversidad del viñedo de Otazu y su entorno. Uno de esos resultados muestra el porcentaje, diversidad y calidad que los hábitats seminaturales presentan dentro de la explotación, porcentaje que ha resultado estar muy por encima de la media de las bodegas españolas. Actualmente, Otazu, junto a la Fundación Global Nature, está trabajando en un plan de acción para mantener y aumentar la sostenibilidad, biodiversidad y riqueza del viñedo y su entorno.
Además, Otazu finalizó en diciembre de 2023 el proyecto LIVIÑG SOIL, que comenzó en enero de 2022. Este proyecto se ha llevado a cabo de la mano de la UPNA (Universidad Pública de Navarra), como organismo de investigación, junto al INTIA (Instituto Navarro de Tecnologías Infraestructuras Agroalimentarias) y otras tres bodegas. Con esta iniciativa, Otazu ha profundizado en la sostenibilidad de la gestión del suelo, buscando distintas alternativas que ayuden a mejorar su calidad. Los dos objetivos específicos de este proyecto fueron, en primer lugar, modificar la gestión del suelo en las calles del viñedo para mejorar su estructura, incrementar la biodiversidad junto a la nutrición y actividad microbiana del viñedo. Y, en segundo lugar, cambiar y lograr una gestión más óptima del suelo bajo las cepas. Para ello, se han estudiado los distintos efectos de cada una de las estrategias empleadas y se han analizado costes de cultivo, el comportamiento agronómico y composición de la uva, las implicaciones sobre el estado hídrico, la presencia de especies invasoras en la línea del cultivo y un estudio acerca de la biodiversidad del agrosistema.
Por último, sigue en marcha el proyecto UNDERVINE, también en colaboración con la UPNA, a través del cual estudia el impacto de las distintas cubiertas vegetales debajo de las cepas. El objetivo principal de UNDERVINE es evaluar las implicaciones de los cultivos de cobertura bajo la vid como herramienta para el manejo del suelo en viñedos en términos de rendimiento, composición de la uva, uso del agua, fijación de carbono y salud del suelo. De esta forma, se compara el trabajo del suelo mediante el laboreo frente a la utilización de cubiertas vegetales. Por un lado, una cubierta sembrada únicamente con Trifollium fragiferum o trébol y, por otro, una cubierta vegetal formada con una mezcla de distintas especies. Para ello se están evaluando los efectos de estas estrategias sobre la fisiología de la vid, el estado hídrico y nutricional, el rendimiento, la composición de las bayas y el riesgo de heladas primaverales. Así como la evaluación de sus implicaciones en la salud del suelo del viñedo.
En paralelo a estos proyectos, Otazu ha instalado 220 módulos solares correspondiendo a una potencia de 118,80 kWp que generan 135.811 kWh al año. Esta energía generada corresponde a un ahorro de 404.664 kg de carbón y de 391.760 kg de CO2. Asimismo, equivale a 20.584.464 km en coche eléctrico y 1.567 árboles plantados.