Inicio / Noticias / LA FUNDACIÓN OTAZU PREMIA LA OBRA ‘TIEMPO’, DE HANS-PETER FELDMANN, EN SU III BIENAL DE ESCULTURA MONUMENTAL

LA FUNDACIÓN OTAZU PREMIA LA OBRA ‘TIEMPO’, DE HANS-PETER FELDMANN, EN SU III BIENAL DE ESCULTURA MONUMENTAL

La Fundación Otazu celebrará el próximo 22 de febrero la IV edición de Art Weekend, una cita en la que arte y vino se fusionan. Este evento, integrado dentro del programa internacional de ARCOmadrid 2020, une arte, vino, naturaleza e historia con la premisa de la creación artística como herramienta de reflexión, innovación y mejora social. El momento central del ArtWeekend4 será la presentación de la obra ganadora del Premio de la Bienal de Escultura Monumental 2019, que en esta edición ha recaído en Hans-Peter Feldmann (Düsseldorf, Alemania, 1941). Es la primera pieza monumental del artista alemán en España y su propuesta ha sido escogida por un jurado internacional presidido por Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía de Madrid.

La obra ganadora, titulada Tiempo, relata el valor y la trascendencia de este elemento esencial en la vida cotidiana. Pero también en la naturaleza y la viña.  El tiempo como espacio de lo impredecible. “El hombre ha intentado a menudo describir el tiempo, para controlarlo, para comprender su significado y para interpretarlo. Sin embargo, cada propósito de parar o acelerar el tiempo ha resultado una tarea absolutamente imposible”, explica Hans-Peter Feldmann en su propuesta para la Fundación Otazu.

En este caso Tiempo se materializa en un reloj de acero inoxidable de más de tres metros de diámetro con ambas caras vistas, insertado 50 centímetros por debajo de la tierra e inclinado. La obra provoca una profunda sensación de extrañeza en el espectador y, a la vez, le reta a reflexionar. Hans-Peter Feldmann es uno de los grandes artistas conceptuales europeos y su universo es la vida cotidiana. Su obra forma parte, entre otras, de las colecciones del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), la Tate de Londres, el parisino Centre Pompidou y el Museo Reina Sofía (Madrid).

Asimismo, ArtWeekend4 presentará todos los proyectos que lleva a cabo la Fundación Otazu y que enlazan arte y vino. Estos son Artist Series, de Alfredo Jaar, ganador de la primera edición del Premio Bienal de Escultura Monumental; Genios de Otazu #2 con Pablo Armesto, que enmarca su obra dentro de un contexto que va desde la abstracción geométrica hacia la escultura más contemporánea y la propuesta “1 hectárea/1 historia”, a partir de los trabajos fotográficos y audiovisuales de Jordi Bernadó. Además, se presentará Vitral de Otazu, la obra póstuma de Carlos Cruz-Díez. Se trata de una propuesta que fusiona el vino con el arte contemporáneo. La pieza final de este proyecto, un hito para la Bodega Otazu, verá la luz en 2042, 30 años después de su concepción.

Otra novedad será la exposición comisariada por Miguel López-Remiro, profesional del mundo de los museos y de la dirección artística. Esta exposición es un homenaje a Elena Asins, como recuerdo del significado de esta tierra de Navarra en su obra y todo lo que hizo por sus gentes, y se centra en su etapa artística final sobre todo en su investigación artística de Antígona de Sófocles. La exposición incluye obras en préstamo del Museo Reina Sofía, una colección privada y piezas de la Colección de la Fundación Otazu.

Los asistentes al ArtWeekend4 tendrán ocasión de recorrer el Señorío de Otazu, pueblo medieval del siglo XII, y visitar las obras monumentales de Manolo Valdés, Xavier Mascaró, Baltasar Lobo, Jim Dine y Leandro Erlich. Paralelamente, se podrán ver las obras ganadoras de ediciones anteriores del Premio de la Bienal de Escultura Monumental de la Fundación Otazu: El color de nuestras vidas (2015), del chileno Alfredo Jaar y Crudo Zarzo (2017), del artista español Asier Mendizabal.

Sobre Colección Fundación Otazu: estratos de memoria

Una colección de arte es una sucesión de capas de memoria y de tiempo. En la Colección de la Fundación Otazu más de 700 piezas construyen una narrativa propia. En el inicio de la Colección conviven, sobre todo, algunos de los artistas españoles que dieron forma a la creación plástica en España durante los años sesenta y setenta (Tàpies, Millares, José Guerrero). A esto se añaden las nuevas capas que traen las telas abstractas de Zobernig, Scheibitz, Bernard Frieze, Rashid Johnson, Uslé o Philipe Decrauzat. La Colección entra en el siglo XXI con varios de los artistas que lo construyen: Aballí, Isaac Julien, Tillmans o Emmanuel Van Der Auwera.

Pero la capa más reciente de memoria es la más profunda. Creadores, principalmente jóvenes e iberoamericanos, que trabajan en los territorios fronterizos del arte conceptual y el activismo político. Daniela Libertad, Héctor Zamora, Ximena Labra, Lucas Simoes, Arturo Hernández Alcázar, Bruno Kurru, Nicolás Robbio, Fabio Morais, Ignacio Gatica, Nazareno, Marilá Dardot o Asier Mendizabal. Juntos han hallado un modelo distinto para armar una historia.

En el caso de Otazu está muy ligada a su actividad principal: una bodega, situada en Pamplona (España), que trata de borrar límites. “La Fundación Otazu nace para crear contenidos y actividades que vinculen el arte y la industria de tal forma que se produzca una síntesis donde desaparezca esa distinción”, resume Guillermo Penso, presidente de la Fundación y director general de Bodega Otazu. Un diálogo abierto. Lo explicó Sofía Mariscal, directora general de la Fundación, en la presentación en Francia de parte de los fondos de la Colección: “Esta muestra habla de los sueños, de las ideas que surgen de esos sueños, de las cosas que surgen de esas ideas, de los nombres que le ponemos a las cosas, de las palabras que juntas se vuelven poemas y de los poemas que se vuelven libros”. La Colección de la Fundación Otazu habla de la vida.

Noticias relacionadas