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ENRIQUE BASARTE: EL ARTÍFICE DE QUE EL PARAJE ÚNICO DE OTAZU SE EXPRESE EN SUS VINOS FINOS

Enrique Basarte, nacido en Pamplona en julio de 1973, es una figura que goza de gran reconocimiento y respeto en el mundo de la viticultura y la enología. Desde su llegada a Otazu, en 2022, como director técnico, ha infundido su pasión y conocimiento para continuar consolidando el prestigio internacional de la Bodega.

Ingeniero Agrónomo, Licenciado en Enología y Máster en Viticultura y Enología, con formación complementaria en prestigiosas universidades de Francia, el amor de Enrique Basarte por las viñas y el paisaje del vino le ha llevado a acumular una experiencia técnica invalorable en diferentes denominaciones de origen en España y fuera de nuestras fronteras durante los últimos 30 años. “Para mí el mundo del vino es una forma de vida, una manera de sentir y cuidar la naturaleza y el disfrute de poder plasmarlo en una copa”, resalta.

La pasión de Basarte por el vino comenzó desde muy pequeño, en un hogar en el que la gastronomía y el vino eran protagonistas de los momentos familiares. “Me encantaba oler los ‘vinos especiales’ de los domingos; sus aromas me recordaban al bosque y a los montes donde tanto disfrutaba”, comenta. Esta pasión cimentó su amor por el mundo del vino, una forma de vida que combina el cuidado de la naturaleza y apreciar la vida buena. Es más, como él mismo reconoce, si no se hubiera dedicado a la Enología, probablemente habría sido botánico o ganadero. Su existencia está intrínsecamente ligada a las plantas y la naturaleza. “Me encanta aprender de las plantas, descubrir nuevas especies en el monte y disfrutar de los animales. Todo lo que forma el equilibrio natural de los paisajes me fascina”.

Desde su llegada a Otazu, Enrique ha compartido con su equipo la pasión por el viñedo y la importancia de reflejar el origen, el suelo y el microclima que distingue a Otazu en cada vino. “He logrado que todos los miembros del equipo aprecien la importancia de acompañar los vinos con una vinificación diferente, siempre buscando el equilibrio y respeto por el origen de la uva”, afirma.

Y es que, precisamente, la diferenciación es uno de los aspectos que definen y hacen único a Otazu. Su ubicación privilegiada: “Estamos rodeados de montañas y sierras con rocas calizas de las Sierras del Sarbil y Sierra del Perdón, y con temperaturas medias no excesivas, en un entorno marcado por los vientos del norte del Atlántico y los Pirineos que nos permite disfrutar de un ciclo vegetativo óptimo. Este año ya hemos registrado 600 mm de lluvia, lo que resalta nuestro entorno increíble”, destaca Basarte. La Bodega se enfoca en producir vinos que expresen la identidad de Otazu, comprendiendo la dinámica del suelo y el clima y valorando la biodiversidad que rodea los viñedos.

Otazu ha logrado conquistar tanto el mercado local como el internacional, y ya está presente en más de 40 territorios, con destinos tan diversos como Canadá, China, México, Venezuela y Estados Unidos.

Asimismo,la Bodega destaca por su investigación: “Mirar al pasado, trabajar el presente y estar continuamente cuestionando lo que hacemos y buscar las formas de mejorar es nuestra forma de enfocar el día a día. Por eso, en este momento, estamos obteniendo buenos resultados con la investigación de los biotipos de la variedad Berués, y otros biotipos de variedades pre-filoxéricas encontradas en la zona de Pamplona. Somos pioneros en cubiertas vegetales, cubiertas entre cepas, estudios de biodiversidad, y hemos implementado varios programas de optimización energética, reducción de la huella de carbono, acompañado de una optimización en la gestión del agua en la viña, así como la incorporación de nuevas tecnologías con drones y visión artificial”, añade Basarte.

Enrique Basarte es, sin duda, un pilar fundamental en Otazu, capaz de guiar, con su experiencia y pasión, a la Bodega hacia un futuro prometedor en el mundo del vino.

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