El entorno natural de Otazu acoge una variedad de especies vegetales y animales que coexisten en armonía, lo que hace que el porcentaje, diversidad y calidad de los hábitats seminaturales, sea de un 18%*, por encima de la media de todas las bodegas españolas. Esta biodiversidad no solo enriquece el paisaje, sino que también contribuye a la salud y la vitalidad de los viñedos, creando un ecosistema resiliente.

* Fuente: Fundacion Global Nature